Un alto funcionario de la Orquesta Filarmónica de Malta admitió haber acosado sexualmente a una joven músico de orquesta durante más de tres años. Ya estaba sujeto a una orden de alejamiento y libertad condicional.
Un hombre de 31 años, Gozitan, fue acusado de acosar a una joven, someterla a intimidad no solicitada, conducta sexual no deseada y uso indebido de equipos de telecomunicaciones.
Según los informes, el hombre le envió a la mujer mensajes sexualmente sugerentes y la tocó de manera inapropiada varias veces, ignorando sus súplicas para que se detuviera. Esta conducta abusiva comenzó en mayo de 2019 y continúa hasta el día de hoy. La víctima, un músico de formación clásica, renunció a la orquesta para evitar un mayor contacto con el hombre. Según los amigos de la víctima, le envió a la mujer múltiples mensajes sexualmente sugerentes, que incluían tocamientos inapropiados. El amigo de la víctima estaba molesto porque sabía que el hombre había tenido problemas anteriormente con la forma en que trataba a otros miembros de la banda. El amigo de la víctima finalmente decidió dimitir y evitar más contacto con el hombre. Según los informes, el hombre ha sido suspendido y está bajo investigación. La policía está buscando otras posibles víctimas para poder conocer la verdad sobre el incidente y tomar las medidas necesarias. En este momento, no podemos determinar si el hombre tiene otras víctimas o si el abuso continuará.
Dos fiscales, Gabriel Micallef y Kevin Pulis, que están a cargo del caso, se opusieron firmemente a los intentos de la defensa de evitar hacer público el caso. Al inicio del juicio, la abogada defensora Giannela De Marco pidió que se ordenara al público que abandonara la sala, pero Micallef se opuso, diciendo que no quería que el caso se cerrara a puerta cerrada, como si tuvieran algo que ocultar. El fiscal Micallef dijo: "No impediremos que el público observe este caso porque es nuestro deber. Durante el proceso legal, todo ciudadano tiene derecho a conocer todo lo relacionado con su caso. Un juicio público es para garantizar un paso importante para el proceso judicial. equidad y transparencia." Los opositores creen que un juicio público puede infringir los derechos de privacidad del acusado. Dijeron: "Si bien comprendemos las preocupaciones del público, creemos que para garantizar un proceso judicial justo e imparcial, se debe permitir al público observar este caso. El juicio continuó y ambas partes iniciaron un acalorado debate". Al final, el juez decidió continuar con el caso, pero pidió a ambas partes que discutieran más la necesidad de un juicio público en una futura conferencia previa al juicio.
Después de enviar a los periodistas y al público fuera de la sala del tribunal, la jueza Charmaine Galea rechazó la solicitud, diciendo que lo máximo que el tribunal podía hacer era suprimir la publicación de los nombres de los acusados y las víctimas.
DeMarco dijo al tribunal que el acusado sufría ataques de ansiedad, lo que le llevó al final prematuro de su carrera musical.
Antes de aceptar declararse culpable, el tribunal advirtió al acusado que podría enfrentarse a hasta seis meses de prisión y una multa de entre 5000 y 10 euros. Sin embargo, el tribunal también señaló que también podría imponer penas más leves.
La defensa afirmó que el último incidente ocurrió en julio y que no se habían acercado ni comunicado con la víctima desde entonces.
El abogado litigante civil Roberto Spiteri dijo que el resultado se debió a que ella lo bloqueó en las redes sociales.
Actualmente, el tribunal prohíbe revelar los nombres de las partes involucradas en este caso, pero ha encontrado una fuerte oposición de los fiscales y de las partes civiles. Las partes que se oponen a las medidas cautelares afirman que los acusados no pueden ser identificados y que las víctimas (las personas que estas medidas judiciales pretenden proteger) están protegidas de daños por parte de los acusados.
DeMarco sostuvo que cuando trabajó con el acusado, pudo inferir la identidad de la víctima a partir de la identidad del acusado. La abogada Veronique Dalli, que también representa al acusado, añadió que no mucha gente trabajó con él. El inspector Micallef informó al juzgado que la víctima había dimitido y ya no trabajaba con la orquesta. Según el relato de la víctima, sintió que había sido abusada física y emocionalmente mientras trabajaba con el acusado. Sin embargo, debido a la posición del acusado y el estatus de DeMarco, se dio cuenta de que nadie creería su historia y nadie podría ayudarla. En este caso, el coraje y el testimonio de la víctima marcaron una gran diferencia en el resultado del caso. No sólo brindó una importante declaración testimonial, sino que a través de su historia reveló el abuso que el acusado cometió contra la víctima. Después de la investigación y el juicio, finalmente se determinó la culpabilidad del acusado y la víctima recibió justicia en el caso. No sólo recibió una compensación económica, sino que también se ganó la atención y el respeto del público. Este caso también llamó la atención social sobre la violencia laboral y la discriminación de género, brindando una oportunidad para mejorar estos problemas.
No obstante, el tribunal impuso la prohibición, pero los motivos específicos siguen sin estar claros ("debido a los delitos").
En la conversación que siguió, le preguntaron al acusado por qué estaba orando y él confesó los cargos.
Al inspector Preece se le mostró la grabación audiovisual del informe presentado por la víctima y la declaración del acusado.
El tribunal dijo que la fiscalía, la parte civil y la defensa habían llegado a un consenso de que no era necesaria una pena de prisión.
Después de que el hombre fuera declarado culpable, el tribunal lo condenó a un año de prisión, suspensión de la pena por cuatro años y le impuso una orden de alejamiento de cinco años.
A pesar del veredicto más leve, DeMarco pidió al tribunal que suspendiera la sentencia, señalando su intención de apelar el castigo.
El representante de la víctima afirmó que el hombre continuó intentando invadir su privacidad personal y muchas veces la tocaba de manera inapropiada, a pesar de su resistencia y objeciones verbales, lo que provocó que ella renunciara al MPO y así renunciar a su sueño.
Demanda a Gabriel Micallef y Kevin Pulis.
Las abogadas Giannela De Marco y Veronique Dalli son las encargadas de la defensa.
Como abogados en el proceso, Ilenia Agius, Roberto Spiteri y Joseph Gatt representaron a las víctimas.